Los videojuegos de hoy no serían lo mismo sin el legado de Street Fighter. ¿Qué hicieron bien sus creadores para que trascendiera tanto?

Es curioso cómo una decisión “inofensiva” puede cambiarlo todo. Capcom estaba considerando diseñar una secuela del Street Fighter que lanzó en 1987, haciendo un videojuego Beat ‘em up tradicional de desplazamiento lateral llamado Street Fighter ‘89. Sin embargo, en vez de hacer SF ‘89 decidieron mantener el estilo original de combate uno a uno, y el resultado fue Street Fighter II, el comienzo de esta legendaria saga que incluso llegó a la gran pantalla.

Algunos gamers de corazón dicen que los videojuegos probablemente no serían lo mismo sin Street Fighter II. Cuando llegó a las maquinitas en 1991 ya existían otros juegos de combate uno a uno, pero éste fue pionero y definió mucho de lo que hoy es el género de lucha.

¿Qué hizo de este juego algo tan especial? Para empezar, ya no solo tenías a Ryu y Ken, también entraron a la contienda personajes como Guile, Zangief, Bison, Dhalsim y Chun-Li. Esa variedad lo hacía mucho más emocionante.

Y cada personaje tenía su propia serie de fortalezas, debilidades y movimientos especiales, permitiéndote elegir al que te acomodara mejor. Tal vez preferías a Guile para mantener distantes a los rivales, o quizá te inclinabas por usar la tormenta eléctrica de Blanka para derrotar a tu oponente. Fuera como fuera, el primer gran valor de este videojuego fue darle a los jugadores la posibilidad de aprender las técnicas defensivas de cada personaje, recompensando a las personas estratégicas y castigando a los inexpertos.

De la época de las maquinitas algunos recordarán que los arcades de SF tenían seis botones, a diferencia de la mayoría de arcades que solo tenían tres. Era un juego más complejo, pero tenía una profundidad estratégica incomparable.

Justamente a partir de la edición II, Street Fighter popularizó los combos de ataque, que muchos gamers descubrieron por accidente, pero que luego usaron como ventaja para que los adversarios no pudieran recuperarse antes de que otro movimiento los golpeara. Desde entonces, los super y ultra combos se volvieron una característica común de los videojuegos de lucha.

No sobra decir que Street Fighter II fue el primer juego que sentó el precedente para los videojuegos a gran escala que se han convertido en series (y franquicias). La saga brindó a los jugadores la oportunidad de involucrarse y aprender tanto como ellos quisieran, y continuar disfrutando a los mismos personajes o a nuevos protagonistas, con mejores avances en cada edición.

Y por supuesto, esta saga fomentó la popularidad de las batallas entre jugadores. En los 90s, los nostálgicos recordarán cómo se hacían tumultos alrededor de las maquinitas para ver quién derrotaba a quién. ¿Quién no recuerda haber gastado muchas monedas en este juego?

Hoy en día, la experiencia con el juego en casa es muy diferente, pero esa emoción de enfrentarse a un oponente y ganarle con movimientos estratégicos sigue siendo lo que tantas personas aman de Street Fighter.

Básicamente podríamos decir que Capcom inventó el juego, pero los jugadores crearon las reglas. Ese es el gran legado de Street Fighter. Esto ha permitido que los fans de eSports sigan amándolo 30 años después de que salió la segunda entrega de la saga.

Dicen que “honor a quien honor merece”, así que nuestro homenaje no podía ser de otra forma: con gorras que resaltan lo mejor del juego. ¿Vas a prender la consola hoy?

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